Quisiera no tener que entregar este alarido
A la noche compacta, estúpida.
Quisiera no estar
a la espera de la brújula
al aciago confort de la fe
Cierta madrugada de regreso del éxtasis confuso del ácido.
No a solas conmigo
No con los sórdidos pedazos de conciencia juntándose,
Llamándose,
No, otra vez
Con los fantasmas,
Los rostros habidos y por venir
Lanzados a la conjura
Muda y tumultuosa
De las cinco de la madrugada
En el culo del mundo,
Y yo armado con mi mate y la pava sobre el fuego
Silbando
Y ellos, fuera, bajo el fuego
Riendo, silabeando, masticando
¿Quién observa por mí entonces?
Por qué no asumir ya el destino sencillo y fiel
La sombra segura atada a los talones
Jalonada desde hace años
Tras de una quimera escatológica
A la que pronto, desconocida,
Con un poco de suerte
Voy a ir a matar a tu cama
sábado, 16 de marzo de 2013
domingo, 14 de octubre de 2012
Tabú
“No sé si su belleza provocaba en mí la envidia, o lamentaba que la muchacha no fuese mía, ni nunca lo sería; o sentía vagamente que su rara belleza era casual, innecesaria, efímera”
Las bellas, Antón Chejov
Cree recordarla tras el ruido de la canilla abierta con exceso. Cree imaginarla entonces entre las luces blandas de una mañana urdiendo la tierna trama del desayuno por venir. Cree, sobre todo, porque tiempo ha de esas memorias. Piensa mientras se le abisma el olor a salitre pronto del mar que ese día él es un hombre de suerte. Cree, intenta creer, que por entre las partes entumecidas de su cuerpo, las que se reconocen sobre la cama después que sus ojos abiertos hace un tiempo ya, crece algo parecido a una blanda tristeza, remota, inexplicable. La memoria va tomando espesor sin proponérselo. El frío rugoso de la laja contra las plantas de los pies, la respiración entre el aire espeso del verano, las manos fatigadas, la boca pastosa, la mandíbula algo contrita aún por el bruxismo de la noche. Ella lo llama. Desde qué lejanía, se interrumpe, desde qué sitio sin tiempo la escucha ahora musitar su nombre otra vez. La reconoce: el perfil vigoroso de su rostro se dibuja sobre la claridad serena de la cocina. Se aproxima, se cierne sobre su cuello, lo besa, alcanza a oler los rastros del sueño tórrido de la noche anterior, la abraza por la espalda, siente su cuerpo hinchado, fastuoso de mujer enorme. Quiere cogerla, como siempre, indefectiblemente. Ella bromea. El desayuno está casi listo y él sabe de paciencia.
***
-Amor, amor... Ya estás fumado? Sos todo un caso, eh?
***
Se levantó temprano y se escabulló. Era un ejercicio que practicaba con fruición. Necesitaba saltar de la cama, exasperarse un poco y arrancar. Buscaba entonces alguna excusa para salir de paseo y perderse unos minutos. El sol reventaba el faro blanquísimo del pueblo. Había estado lloviendo bastante, este era el primer sol de la semana y traía consigo la intensidad del que ha esperado por arder largo tiempo. Él también ardía. Le dolieron los ojos un buen rato hasta que se habituó a andar con la vista fruncida. Provisto del diario local, una mermelada y un atado de cigarrillos, emprendió regreso. Caminaba con paso esmeradamente lento. De pronto todo se volvió extraño. A su alrededor se sucedían los animales muertos que la marea había depositado con rigor matemático ahí y más allá por la noche. El sol los hacía heder y brillar con la majestuosidad de una decadencia suntuosa y él sintió la vileza crecer. Después rió y siguió camino. Se entretuvo el resto del regreso con la idea de pensarse un personaje en un sueño de Kurosawa.
***
¿Cuánto hace de Montevideo? ¿Cuántas veces estuvo? ¿Había muerto ya él? ¿Volvió a la feria ese domingo? ¿Miraba entonces el techo y se repetía a sí mismo las palabras que le había escrito para no oírla llorar mientras le mentía dulcemente? ¿Y era en esa mórbida habitación de ventanas que iban del piso a la cintura y no más? ¿O era en un balcón sobre Plaza Cagancha? ¿O quizás a bordo del ómnibus a Piedras Blancas un día de lluvia?¿O era un día de sol tímido y era seco y ventoso? ¿Paula se llamaba la chica que se encargó de amanecerlo aquel día? ¿Pero entonces él aún vivía, no? ¿Y no había hotel de mezquinas ventanas ni balcón? ¿Bebían whisky entonces en el puesto sobre dieciocho esa mañana? ¿O ella era alemana y había traído hachís en el avión que ahora compartía con él y dos lúmpenes más? ¿Con cuántos se habría amado la alemana hippie? ¿A qué había ido a Montevideo? ¿Mascaba chicle para disimular el aliento a alcohol mientras se entrevistaba con los despachantes de aduana? ¿Se entreveró con un moreno pendenciero una noche de llamadas? ¿O le devolvió una conciliadora cara de póker para que no lo matara a piñas? ¿Y a ella? ¿La había confinado en ese cuarto para cometer cuánto vejamen diera abasto su imaginación? Y, entonces, lo de la piba: ¿habría sido amor o piedad?
***
-Necesito hablar, che. Ando limado, ya sabrás…
-OK. Voy a cenar con mi vieja y mi hermana, pero después podemos ir a tomar algo.
-Dale… Pará, escuchame.
-¿Qué?
-Nunca te fíes de una persona que gusta decir la palabra plausible
(risas)
-Bueno. Lo voy a tener en cuenta
***
Se pregunta acerca de las horas. No de las extáticas, las coléricas, esas que lo vieron a bordo de una bicicleta surcando playas, drogado y estúpido, o reventando vasos contra el suelo, o riendo como un autómata, o cantando ronco al abrazo de un amigo un tema de Fito. No. Se pregunta acerca de las horas. Las que hacen el tiempo sin pasión. ¿Cuántas fueron? ¿Habrá sido en una de esas horas exactas que él encargó otra petaquita antes de irse seco al piso?
Recuerda otra vez la intensidad como el olor a ruda del patio de la casa de Lugano. Ella lo llama desde la cama. Quiere amar. Todo se vuelve simple. Le susurra tiernamente al oído: “Metemelá”.
jueves, 30 de agosto de 2012
Exorcismo y después
Y luchar
Espantar los íntimos demonios
Entreverarse
con cuántos ojos haga falta
Para, al fin,
Librar
las imágenes fulminantes
al espacio vacío
Darte la razón quizá
En dos o tres cosas
Hoy,
otra vez,
luego de amanecer
junto a todos los sueños
que vuelven
casi olvido mi protagónico en la historia
mi papel bien sabido y sádico
y persistente, sobre todo
de ser
en cada cosa
las muchas
que he pasado por alto
lunes, 21 de noviembre de 2011
telequinesis
Hay un par de cosas que no he podido mover esta noche. Quizá tres. El desodorante sigue ahí, a un lado del perfume. Siento mi culo contra el inodoro. Está ahí. Tapa mediante, el vacío, el cielo, el cagadero. No le tengo ganas, no. Tan solo el perfume que sigue ahí,. Mi cabeza todavía se mueve. Lenta, pesada, segura. Como una nube. Hay aire, parece, entre el sordo chirrido de mi conciencia agónica. Quien me sienta gritar ha de ser un genio, un dios blando y mutuo, sereno. No hay dudas. Siento, callo, me desparramo. El rugido rompe contra las piedras. Rompe, mudo como un abismo. Rompe, una y otra vez. Espera que lo escuche. Rompe y se desliza burbujeante, estrepitoso, torpe y descuidado sobre las superficies eventuales, topografías al acaso. Quién más que yo para ver ese culo divino bambolearse entre postales cordiales, querida. Vos, sabés, siempre fui tu más indecente espectador.
domingo, 16 de octubre de 2011
Relevancia
A Raúl González Tuñón
No saber si era uno ahí
No poder decir
(No)
Decir,
estuve, estuve
en tal pasión, en tal recodo. *
No parecer importar
(demasiado)
(ya no)
A quién
Quién habita los recuerdos vacantes
Y dónde
En qué paisajes
Hace cuánto
las cosas,
esos rastros precámbricos,
Sobre la mesa esparcidos
(Por qué fuerza, Por qué desdén)
a la que nadie
Se sienta a conversar
gregario,
animado,
ahí,
presente
Quién languidece
sereno y tierno
a la brasa de un pasado remoto
¡Quién en el mudo recodo!
Los nuevos bríos,
Las sonrisas sembradas al azar
Hacen caso omiso
De la extrañura
Quién habrá de recoger ya
los restos húmedos
De qué recuerdo
Su relevancia
Cuál
En qué lejano tiempo
***
No saber si era uno ahí
No poder decir
(No)
Decir,
estuve, estuve
en tal pasión, en tal recodo. *
No parecer importar
(demasiado)
(ya no)
A quién
Quién habita los recuerdos vacantes
Y dónde
En qué paisajes
Hace cuánto
las cosas,
esos rastros precámbricos,
Sobre la mesa esparcidos
(Por qué fuerza, Por qué desdén)
a la que nadie
Se sienta a conversar
gregario,
animado,
ahí,
presente
Quién languidece
sereno y tierno
a la brasa de un pasado remoto
¡Quién en el mudo recodo!
Los nuevos bríos,
Las sonrisas sembradas al azar
Hacen caso omiso
De la extrañura
Quién habrá de recoger ya
los restos húmedos
De qué recuerdo
Su relevancia
Cuál
En qué lejano tiempo
***
jueves, 4 de agosto de 2011
DÓNDE
Dónde el sueño cumplido
y dónde el loco amor
que todos
o que algunos
siempre
tras la serena máscara
pedimos de rodillas.
Idea Vilariño (1970)
y dónde el loco amor
que todos
o que algunos
siempre
tras la serena máscara
pedimos de rodillas.
Idea Vilariño (1970)
sábado, 16 de octubre de 2010
MODO DE USO
Aproximar la blanda mejilla
sobre uno de los lados del témpano
Sentir su frío áspero venir
Auscultar la ausencia que
son la piel, los músculos
por la anestesia de lo junto,
su presencia abismal
de río que no es pero duele,
su orillero mudo,
el espesor de la distancia creciendo..
Y entonces lejos ya
de su vasta superficie
de coloso o muñeco milenario
recostarse,
dormir.
sobre uno de los lados del témpano
Sentir su frío áspero venir
Auscultar la ausencia que
son la piel, los músculos
por la anestesia de lo junto,
su presencia abismal
de río que no es pero duele,
su orillero mudo,
el espesor de la distancia creciendo..
Y entonces lejos ya
de su vasta superficie
de coloso o muñeco milenario
recostarse,
dormir.
miércoles, 6 de octubre de 2010
*
Siempre más solos
que nunca
Un recuerdo
por ahí como ahogado
sumergido
entre
........lo blando fuerte solícito
La sugerencia de que e s t a m o s
como siempre
como esa lista de almacén
nunca completos
de ausencias, faltas, gregarias omisiones
Y entonces lo que arrecia
s i e m p r e
es la soledad siempre
no otra cosa
viernes, 1 de octubre de 2010
sábado, 25 de septiembre de 2010
DECIR
Me gustaría hacerte avivar
que no hace falta entender.
Que espantar la rabia es lo que hace falta.
Odiás que hable así:
elemental.
Te lo digo una vez más,
me vas a decir adicto
aunque no sepas a qué
y entreveres todo
para poder releerlo en el bondi
pero
no es por ahí que va el asunto
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