jueves, 18 de septiembre de 2008

Notas encontradas
















a mi hermano..
y a todos los que se sientan hermanos míos



* (del diario de un íntimo desconocido)




_Ayer.
Tengo que admitirlo, ayer te extrañé.
El que últimamente no pueda soñar no significa que ya no te extrañe.
Y, sin embargo, no recuerdo la palabra exacta.
Nada,
ni en lo mórbido, ni en lo cotidiano…
Insisto en invocar el llamado,
la forma que
presumo
encontraré devorando los artículos de los diarios
así sin más,
en medio de una mañana
entre los fervores de un desayuno sencillo,
invisible de tan delicado…
pero lo triste de los ejercicios inútiles
es pretenderlos fértiles en algún sentido
que ya,
hermano mío,
me agobia.


_Diferencia
Hoy recuerdo algo.
Algo de sensorial hay en esta ciudad,
siglos de superchería.
Solo eso,
la lluvia apurando el aire pesado contra el suelo,
una tristeza llenándome la boca
de apariciones,
yo
en la intuición,
mis doce años,
sabiendo de esa distancia
de la que dicen
un charco
pero en realidad es inmensa
de tiempos y canallas...
Entonces,
nosotros aquí,
el abismo,
nosotros allá
y el dolor viaja con uno,
eso quizás baste
mientras las dos riveras
bregan
o se aman,
vuelven a bregar
y se cosen,
formando ya no un río
sino lo otro
y haciéndonos
recordar que...


_Lo mutuo
No hay aproximación en esa fotografía,
me gusta, no voy a hacerte la contra,
pero sigamos con lo habitual:
Un buen almuerzo,
las gregarias conversaciones,
el ligero extravío al presentirlo,
la pitada larga y desentendida,
unas piernas,
la misma distracción una y otra ves,
el saludo al acaso,
la pérdida (todos los días),
un revuelo,
el sigilo
y la minuciosa pertinencia de las cosas cuando le gana la obsesión,
la multitud (a veces)
y la unívoca soledad (siempre),
aquella saudade ingrata,
la misma ausencia,
todo el grito de Duras…
Y de nuevo a la noche
sin sueño.
No voy a hacerte la contra, dije.
Si nos van a derrotar
en qué patria!
por lo menos estemos borrachos


2 comentarios:

lîbero dijo...

gracias broder. hasta la proxima pitada

búlgaro dijo...

Te juro por mi huesos que te admiro. Y me pone realemnte bien saber que escribis por, para y desde nuestro lente para ver el mundo.