viernes, 17 de abril de 2009

Perspectiva

No es cuestión de merecimientos. Me lo repito. No me pidas entonces que no aberre de la idea, que no me arrebaten las visiones, que languidezca la angustia, que me fortalezca la convicción. No me pidas, en resumen, que sepa lo que ya sé. Que todo lo que hacemos tiene consecuencias, que no soy un santo, que hay un lado complejo de las cosas después de mi repertorio de groserías para entretenerte. En suma, que hay alternativas a mi gracia, a mi esplendor obsceno, a mis vicios cargados en el barco, a mi infantil ingeniería, a mi fragilidad de hombre, a mis pasiones precarias, a mi derrota sublime, jadeante, a mi obsesión mal enfocada, al capricho robusto y presuntuoso, a mi reserva sepulcral, a mis omisiones dirigidas, a mi memoria prodigiosa y a la inteligencia que la prodiga, a mis humores terribles, a mis raptos más lascivos, a mi antojo cuando te lo deslizo entre sueños antes de que amanezcas y a la sorpresa y a la delicia…

No me pidas que me abstenga
o que la tristeza no me alcance de vez en vez.

No me pidas que te calle y que sea heroico y que prescinda de mi debilidad y que no defeccione cuando me sugieras la tristeza, tus intentos por obviarme.

No hablemos de merecer. Me lo repito. No quiero dar cobijo a las contradicciones de tu cuerpo, prestar importancia a la suntuosidad, a lo eventual, entender la composición mixta, indecible de la vida. Preferiría ser ligero, decirte un par de pavadas y a lo mutuo!

Pero me pedís que juegue.
No me pidas que juegue
y no aberre de la idea
y no me arrebate la perspectiva
y no enceguezca
y entonces me tengas miedo

jueves, 9 de abril de 2009

XLVII Aria




Es en el pretexto donde habremos de buscarla,
En su elaboración sublime
Porque no se la invoca a ella,
A sus múltiples exégetas...
Se la cela,
Se la confina,
Se la custodia luego en el silencio
Y es la compasión
El ejercicio mediante el cual mejor se erige,
En los indicios que me prestás cuando te cuento
(en secreto)
Que me voy a buscarla
Otra vez
En el pretexto.

Tus días vuelven en mí,
Desmesurados y ajenos,
Tu humanidad,
Tu estupidez,
El sadismo que siento subir
a través de los huesos, parsimonioso y vencedor
hasta los ojos
Estos ojos que te ven y te aborrecen
Y te ven
Y tras de vos, la sombra enorme
Y tras de vos, yo
..............junto a los muchachos del verano,
..................Sus manzanas cediendo en el río

Y si de pronto tu imagen se aquieta
Y tu sonrisa se aquieta
Y tu sombra se aquieta
Y tu vida y tu muerte se detienen,
Ya queda todo,
Una densidad siniestra contra mí,
Ya no mis huesos,
Ya no mis ojos que te ven y te aborrecen,
Ya no mis músculos… sádicos
......mis manos sádicas
..............mis palabras
....................o mis ausencias
...............................más sádicas
...................Sólo la derrota mustia
......con la que me acuesto


Cuando el frío llegue, entonces
Me permita volver
................a aborrecer(te), a depravar(te), a saciar(te)
Y no vale la pena el pretexto,
Ni su delicado diseño,
No vale la pena mi versión apócrifa,
Nuestra traducción retaceada,
No lo vale.
Trato de capitular
Solo para que lo sepas