sábado, 16 de marzo de 2013

maldición

Quisiera no tener que entregar este alarido

A la noche compacta, estúpida.

Quisiera no estar

a la espera de la brújula

al aciago confort de la fe

Cierta madrugada de regreso del éxtasis confuso del ácido.

No a solas conmigo

No con los sórdidos pedazos de conciencia juntándose,

Llamándose,

No, otra vez

Con los fantasmas,

Los rostros habidos y por venir

Lanzados a la conjura

Muda y tumultuosa

De las cinco de la madrugada

En el culo del mundo,

Y yo armado con mi mate y la pava sobre el fuego

Silbando

Y ellos, fuera, bajo el fuego

Riendo, silabeando, masticando

¿Quién observa por mí entonces?

Por qué no asumir ya el destino sencillo y fiel

La sombra segura atada a los talones

Jalonada desde hace años

Tras de una quimera escatológica

A la que pronto, desconocida,

Con un poco de suerte

Voy a ir a matar a tu cama

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